Multipolaridad relajativa

 

I

 

La lluvia comenzaba recién a caer cuando ocurrió. Sirko se daba cuenta que había olvidado escucharse a si mismo. Escuchaba lo demás, algo, por explicarlo, lo que pensaban los demás, pero dentro de si mismo. ¡¿De sí mismo?! ¡Pero si casi no se escucha! Esto no tiene sentido.
Sirko recordaba haberse escuchado.
Supo que hacer como por instinto; se cortó el pelo, y dejó de pensar.
Se daba cuenta que estaba tomando todo muy en cuenta, que había que “dejarse llevar”, se excedió un poco y vivió algunos de los mejores momentos de su vida.

 

 

II

 

Entonces comenzaba a caer la lluvia, y en vez de pelo un zombie invadió su cabeza. Sin que Sirko se diera cuenta, un día mientras llovía, como un espejismo, reflejado trece veces, volvió su conciencia, como vuelve a la superficie quien se está ahogando, reclamando respuestas, reclamando aire, indigesta. Millones de preguntas. ¿Qué pasa?
Pero no se preocupó y apagó las velas, mirando el cielo. La lluvia en el rostro, como agujas finas y delicadas. Apagó las velas.